Y esta semana un mini festival, de ésos que duran sólo un día, el Jack Daniel's Music Day. Y de entre todos los grupos que llenarán de música el Madrid Arena, hay uno que me muero de ganas de volver a ver en directo, La Habitación Roja, que presentará su último trabajo, "Fue eléctrico". Lo que es seguro es que su concierto será eléctrico. Sólo espero que dure un poco más que su mini acústico de esta tarde en el Fnac de Callao, donde ya he podido disfrutar en directo de una canción como ésta:
Empiezan los festivales y ya desde el principio podemos disfrutar de un plato fuerte como el Talavera Spring Festival, este viernes 13 de abril en la citada localidad toledana, por sólo 20 €. El problema es que, personalmente, de los grupos de su cartel sólo soy súper fan de LOL, por lo que creo que no tiene mucho sentido pagar 20 € e irme hasta Talavera cuando todos sabemos que raro será el festival que no cuente con la presencia de los lesbianos. Aún así, después del adelanto de tres canciones de su próximo disco que hicieron ayer me quedo con la inquietud de perderme una gran oportunidad de escucharlas en directo por primera vez. Y es que si grabadas me han encandilado, en directo tienen que sonar mucho mejor.
Aunque ya hace más de un mes de este maravilloso concierto, hasta hoy no he tenido tiempo de sentarme a escribir una pequeña crónica del mismo y a rememorar una de esas noches inolvidables que esta ahora rubia ubetense nos regala con tanta frecuencia. Dios salve a la tierra de los olivos, que tan increíbles talentos musicales nos regala a cada instante.
No era el Búho Real. No era un concierto acústico. No estaba Alfonso. Y aún no había podido escuchar en directo casi ninguna de las canciones de "La pareja tóxica", pero la magia fue la de siempre. Galileo decidió despejar la pista de baile y reservar las mesas para el fondo de la sala, permitiéndonos bailar al ritmo de esta Zahara reinventada que, en el fondo, sigue siendo la misma de siempre, más auténtica aún si cabe.
Todo comenzó con una versión de la "América" de Nino Bravo, magistralmente enlazada con "Leñador y la mujer América", que arrancó la primera gran ovación de la noche y garantizó el apoyo incondicional de un público, más que entregado, rendido totalmente a los pies de esta inconmensurable cantautora.
Después, poco a poco, se fueron sucediendo el resto de temas del nuevo disco, aunque sin olvidar algunas canciones antiguas que parecía que no volveríamos a escuchar en directo, como la magnífica "En la habitación":
No obstante, el protagonismo de "La pareja tóxica" fue más que evidente, lo que nos permitió volver a emocionarnos con temas que ya llevaban tiempo sonando en los acústicos de los dos últimos años, como "El lugar donde viene a morir el amor":
Aunque supongo que una de las grandes estrellas de la noche fue "Del invierno", estrenado en el Búho Real el 25 y 26 de junio de 2011 y que, ya desde el principio, se ha convertido en uno de los grandes hits de Zahara.
También sonó esta "aflamencada" versión de "El caso de emergencia", clara prueba de esa vena folclórica consustancial a los orígenes geográficos de Zahara y que ella nunca se ha molestado en negar:
Tampoco faltó la melancólica "General Sherman y cómo Sam Bell volvió de la luna":
En claro contraste con la más alegre "Mariposas":
Asimismo, hubo tiempo para las versiones, con una sensual "You're the one that I want", que quitaba el hipo y te obligaba a bailar aun en contra de tu voluntad:
Y ya hacia el final del concierto, dos platos fuertes, como la tarantiniana "Camino a LA":
Y la delicadísima "Frágiles", en una versión más extendida que la del disco y directamente enlazada con la felizmente rescatada del olvido por Carlos Jean (algo bueno tenía que hacer este hombre) "Tú me llevas":
Sí, todo esto y mucho más, incluyendo una muy bailable y menos edulcorada versión de "Me lo merezco" y un "Chico fabuloso" a capela, sonó en Galileo el 2 de marzo de 2012, dejándonos a todos los presentes, o al menos a una servidora, con un excelente sabor de boca y la sensación de que aún nos queda Zahara para mucho rato. Ya no hay chucherías, ni pasteles, ni piruletas en forma de corazón y, sin embargo, la sonrisa al final del concierto sigue siendo idéntica. Y es que, a pesar de lo que digan, Zahara sigue siendo la misma.
