Para mí el debate está cerrado. ¿Anni b Sweet o Russian Red? Sin duda la primera.
Mientras Lourdes Hernández publicó el año pasado un decepcionante segundo trabajo, la malagueña estrenó su segundo álbum en 2012, un "Oh, Monsters!" mucho más maduro y redondo que su prometedor debut "Start, Restart, Undo", demostrando, tanto en el estudio como en directo, que no se trataba de una flor de un día. Y es que cualquiera que haya ido a un concierto de ambas habrá tenido que rendirse a la evidencia de que, por muy internacionales que sean los músicos que ahora la rodean, Lourdes no sabe moverse sobre un escenario, lo que unido al efecto soporífero del 90% de las canciones de "Fuerteventura" convierte en gesta heroica aguantar más de una hora de su música con los ojos abiertos y sin ganas de cortarse las venas.
El caso de Anni es bien distinto. También tímida, también frágil y, sin embargo, con una capacidad innata para conectar con cualquier tipo de público en cuanto entona la primera nota, este año ha quedado patente que no se trata sólo de otra voz de porcelana, sino de una chica con mucho que decir a través de infinidad de registros vocales y musicales, capaz tanto de emocionar hasta las lágrimas como de hacer bailar con una sonrisa de oreja a oreja, ya sea acompañada de su banda como blandiendo su guitarra como única arma.
Son muchas las canciones que podría haber escogido, pero para este puesto número 6 me quedo con "Catastrophe of love", no sé si por su apocalíptico título, por su romántica letra, por su medido tempo o, simplemente, porque tenía que quedarme sólo con una.
Stay behind the light, you have a reason to hide
while the sun was out, had to close your eyes
stay behind the light, where I like you the best
away from the rest
stay behind the light
it’s oh, a catastrophe of love.
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